Sexo vacío: su mayor tragedia

Llegue a sentirme especial, al fin y al cabo, el chico que me gustaba me tenia confianza. Escuche que “la confianza es uno de los principales cimientos en una relación”… Pero ese sentimiento de alegría desapareció cuando empezó a contarme sobre como seguía queriendo a su ex novia. Me sentí tan estúpida por alegrarme; sin embargo, estaba segurísima que se me pasaría, que olvidaría esta angustia y pronto él podría ser nuevamente capaz de cambiar mi estado de ánimo con tan solo una mirada, una sonrisa, una palabra o un segundo más de silencio. ( bien patética...y feliz)

Lo más extraño de toda esta situación es que yo no podía ser catalogada la victima de nada, no había crimen alguno, no había arma homicida ni un cuerpo sin vida. No, estaba solo él, yo y mi cabeza alucinada. Si algún delito había que demostrar seguro que todo indicaría una especie de suicidio pero aún estaba viva… En medio de esa complicada escena parecía que mi aparición había sido planificada por algún ángel celestial. O mas bien, parecía que yo seria ese ángel salvador, porque conmigo se sentía cómodo en salir, conversaba y podía desahogarse. Sintiéndome la mujer capaz de darle consuelo al chico que le gustaba no había ningún otro mejor estimulo para continuar en este enredo y comportarme como su amiga porque en ese momento era lo que él más necesitaba de mi.
Y por esas razones es que a veces es verdad que las mujeres somos algo tontas, por esas razones es que nos pueden embaucar con solo un par de palabras hermosas. Por creer que siempre uno tiene lo que se merece, por intentar ser buena y quererlo… ¿Qué puede pasarte de malo con eso? Y por si todavía tienes dudas, dale una mirada a las novelas mexicanas. La “mosca muerta” tan buena y cándida…de lo único que se ocupa es de amar al hombre de sus sueños, no le coquetea, no le provoca, no se le insinúa (eso hace la “mala”) esas actitudes típicas de una Soraya Montenegro de La Vega viuda de Montalván. Todo lo contrario, María Hernández, "la chica buena" le pide a Dios que bendiga al protagonista de sus sueños y lo ayuda de todos los modos que pueda “sin que él se entere”… después de toda una temporada televisiva de sufrimiento, en los últimos 3 capítulos ocurre lo que TENIA QUE PASAR y el hombre que fue un mujeriego, algo inmaduro, distraído, etc. logra darse cuenta de la mujer que tenia y no solo se da cuenta que la ama sino que se debe casar con ella… porque él tambien sufrió. Y es que la novela mexicana esta ya en otro nivel: El pobre hombre ha tenido toda una temporada de “sexo vacio” y ahora ha sido premiado con la posibilidad muy esperada de poder “hacer el amor” y dejar de tener solo sexo… Que sufrimiento… ¿no? Y todo eso porque, obviamente, la mosquita muerta protagonista tambien debe ser célibe hasta la bendición de Dios. Amén.

Pensaba cuantificar cuantas indemnizaciones por terribles daños y prejuicios deberían pagar estas producciones a chicas que, sin poderlo notar, hemos sido objeto de un continuo lavado de cerebro para terminar asi…comportándonos como unas “moscas muertas” sin la increíble suerte, belleza, elegancia y candidez de estas protagonistas. Es asi, que mi Luis Fernando de La Vega no cubría los estándares de protagonista y yo solo me quedaría en el estatus de Mosca moribunda… porque contra todo pronóstico, siendo consciente de lo imposible de un buen final seguía revoloteando junto a él.